La pianista J.Jáuregui, 'embajadora' de España en el Festival de Caracas

Ganó, recientemente, el "Premio de la Música Independiente" en la categoría de "Mejor Álbum de Clásica del Año"

Madrid (España).- La pianista Judith Jáuregui (San Sebastián, 1985) será la "embajadora" de España en el Festival Europeo de Piano de Caracas, en el que actuará junto a la Orquesta Simón Bolívar dirigida por el "nuevo Dudamel", el venezolano Diego Matheuz, responsable del mítico Teatro de la Fenice (Venecia).

Jáuregui, que debutó con la Orquesta Nacional de España (OCNE) el pasado mes de marzo, interpretará el 13 de mayo junto a la Simón Bolívar "Noches en los jardines de España", de Falla, "una experiencia maravillosa en todos los sentidos", según ha explicado la artista en declaraciones a Efe antes de viajar a Venezuela.

"Estoy emocionada porque me dirige Matheuz, el nuevo Dudamel -Gustavo Dudamel, que lleva la batuta de orquestas en tres continentes diferentes-, que hizo su debut en España hace un mes y tiene una proyección que se come el mundo. Es un honor trabajar a su lado", ha afirmado.

La noche del día 13, tras tocar ella "Noches en los jardines de España", "una pieza que le encanta no sólo a los españoles sino a mucha gente", la Simón Bolívar interpretará "Carmina Burana", de Carl Orff, "muy espectacular y energética".

Además, los días 9 y 10, Jáuregui tocará el piano en la plaza de Chacao, "para acercar la música a la gente", y para ello ha elegido piezas de Granados, Albéniz y Piazzolla.

"Aspiro -asegura- a disfrutar de cada cosa que haga, paso a paso porque nunca he querido el estrellato repentino sino hacer de la música una vida".

Reciente ganadora del Premio de la Música Independiente en la categoría de Mejor Álbum de Clásica del Año por su primer disco como solista, "Schumann, el arte de lo pequeño", grabará en julio un homenaje al "ejemplo de vida" que fue la pianista española Alicia de la Rocha.

La clave de un músico, dice, es elegir el repertorio con el que se siente más identificado o cómodo y ella se siente muy atraída por el romanticismo, la música francesa impresionista, y en la española por Federico Mompou (Barcelona, 1893-1987), al que tiene "en un lugar sagrado".

Dice que describir su forma de tocar "es muy difícil, casi imposible" pero que si algo puede decir de ella es que es "natural" y que hace lo que siente intentando siempre conocer el contexto histórico del compositor y empatizar con lo éste sentía.

Las "aguas donde nada más a gusto" son las de Schumann, Debusy Brahms y Ravel y cuando sale al escenario a tocar su música es "completamente feliz" y no puede siquiera imaginar algo mejor que eso.

Aunque cuando era niña pensó en ser periodista dice que tuvo "mucha suerte" con sus profesores de música y que ya a los 11 tocaba en escenarios: "En la música me siento en mi mundo", se ríe.